La consola VR aquí me quemó el cerebro directamente.

El soldado panda es adorable, pero cuando sostiene el arma, ¡es súper sensible! Disparar en VR te convierte directamente en un lobo solitario en el campo de batalla, y en cuanto se carga la bala, ¡la adrenalina sube!
Los guerreros mecha juegan con buenos amigos, y no seas demasiado genial para luchar contra monstruos de forma inmersiva. El proyecto del helicóptero me permite girar y lanzarme 360° en el aire, ¡y quiero jugar incluso cuando me tiemblan las piernas al aterrizar! La rotación de 720° en realidad virtual es aún más emocionante, y se siente como si el alma estuviera a punto de volar. ¡Hay que nombrar al rey de los francotiradores! En cuanto me tiré al suelo y apunté, ¡era un tirador certero!